17/08/05
Nada volverá a ser igual después del 11 de setiembre.
Se podría encarar una nota desde muchos puntos de vista. No necesito hablar del horror del terrorismo, que los españoles conocen bien, ni tampoco de los excesos del antiterrorismo, que hemos sufrido los latinoamericanos. Por eso voy a limitarme al ámbito de Internet, donde si bien es difícil hacer predicciones en este momento de indefinición, hay algunas tendencias que se ven venir con claridad.
En primer lugar, creo que se impondrá un rotundo cambio en la forma de vida del común de la gente. Si los países civilizados quieren prevenir nuevos ataques terroristas, tendrán que apelar a muchísima tecnología y a bastante sentido común. Hoy en día es muy fácil para un grupo de veinte terroristas apelar a explosivos, armas químicas y bacteriológicas para causar enorme daño. O recurrir a muchas otras formas de sabotaje capaces de causar grave daño económico. Más aún si los ejecutores son kamikazes como los hombres-bomba palestinos o los aeropilotos de Bin Laden. Es un error tratar de atacar un país aislado, cuando el enemigo está disperso por todo el mundo.
Haciendo un poco de futurología, y sin decir si esto será bueno o malo, preveo el surgimiento de una Interpol del terrorismo, con amplios poderes de investigación, extradicción y juzgamiento de sospechosos. Esta entidad impondrá un mayor control de las vidas y actividades de los ciudadanos de cada país asociado a ella. Y no creo que muchos países puedan afrontar la no pertenencia…